Tzindejeh Parte II

Pues como les platiqué en el post anterior, hoy estuvimos en el balneario, llegamos como al medio día, recibimos nuestra habitación y nos metimos a nadar. La nenorra se divirtió como nunca, pues como ya sabe nadar, estuvimos en lo "profundo" de la alberca, en donde ella podía desplazarse como pez, aunque yo siempre anduve atrás de ella "por si las dudas", ya saben, soy papá gallina; claro que nunca me necesitó, lo cual fue maravilloso.

La alberca principal tiene agua corriente, lo que significa que el agua siempre está muy limpia, sale un chorro potente de agua que llena la alberca constantemente, en ese chorro uno se puede dar gusto sintiendo como es masajeado por el agua; obviamente la nenorra experimentó esa deliciosa sensación, disfrutándola todo el tiempo.

Después salimos a comer, el restaurante ofrece comida en tres tiempo, pero con un gran sabor y varias opciones para elegir.

Después de hacer digestión volvimos a entrar a la alberca, para aprovechar al máximo. Estuvimos hasta un poco tarde, hasta que empezaron a vaciar la alberca pues todos los días la vacían completamente, la limpian y la vuelven a llenar.

Después nos fuimos a cenar, actualmente el desayuno y la cena son tipo buffet, por lo que uno puede atascarse después de la nadada, para recuperar el 300% de las calorías gastadas en la alberca, eso es maravilloso.

Después de cenar con cafecito y chocolatito, la nenorra estuvo lista para dormir, cansada de tanto ejercicio.

Ya profundamente dormida, estuvimos platicando la sra. y yo, pues estábamos un poco desesperados y con la incertidumbre, afortunadamente por teléfono nos comentaron que la operación había sido exitosa, pero que había que esperar el resultado de la efectividad de la misma.

Después de mucho platicar y llorar, decidimos irnos a descansar, para prepararnos y salir al siguiente día rumbo a la gran capital para poder dirigirnos al hospital.

... Continuará en el próximo capítulo ...