Misión: Puerto Vallarta, día 1
Hola paseantas y paseantos (¿o se dice paseantes?)
Resulta que la nenorra tiene un período intersemestral justo en estos días, prácticamente regresó de vacaciones de diciembre a recibir calificaciones y va a “descansar” dos semanas en lo que inicia el siguiente semestre… Y debido a qué ya pasó el período de temporada “alta”, decidimos darnos una escapada y escogimos nada más y nada menos que “Puerto Vallarta”.
Así que compramos nuestros boletitos para salir del ya utilizado varias veces AIFA, aunque esta vez salimos por Aeromexico. La verdad es que esta vez no tuvimos ningún contratiempo: el aeropuerto no tan lleno, la aerolínea salió a tiempo, para la nenorra fue la primera vez que voló en algo que no fuera VIVA (Bueno, a los 4 años si voló en Aeroméxico pero ni se acuerda, obviamente), así que vivió la experiencia de que le dieran “incluído en el precio” una bebida junto con una mega enorme bolsa de cacahuates. Llegamos al aeropuerto de Puerto Vallarta y tomamos un taxi que nos llevara al hotel.
Como era una salida “rápida”, tomamos una decisión que nos marcó: se trató de escoger un Hotel “all inclusive”; como es temporada “no alta”, estaba a buen precio y decidimos pagarlo. Aunque llevábamos pocas expectativas dado que en los comentarios de Google la gente decía que el hotel estaba “bien”, pero que le faltaba variedad en la comida.
Pero con todo y todo llegamos al hotel. La verdad es que desde que llegamos tuvimos buena atención: un botones nos ayudó con las maletas y pasamos a recepción, en donde una señorita muy amable nos recibió: nos explicó que para la cena, aparte del buffet había restaurantes de especialidad que debíamos apartar para poder asistir, nos puso nuestras “pulseritas” y de ahí nos dirigimos junto con el botones a nuestra habitación.
Desde que llegamos notamos que había animosidad en el ambiente, pero además vimos que había “puro pinshi gringou” (o sea güeritos de cualquier nacionalidad), por lo que desde nuestra llegada un canadiense muy amable platicó con nosotros: nos preguntó de dónde veníamos y cruzamos algunas palabras. Después de un tiempo me di cuenta que seguro nos preguntó porque se fijó en que yo traía una gorra (regalo de mi amigo ICM), justo de los “Canadiens du Montreal” (Go Habs Go), así que suponemos que supuso =P que veníamos de las gélidas tierras, desafortunadamente para él, se equivocó.
La habitación estaba muy bien: limpia, bien decorada, pantalla algo pequeña pero nada mal, baño en excelentes condiciones, nos tocó un balcón que tenía vista a un pedacito de mar y a la alberca del hotel, camas confortables, en fin, nada de qué quejarse.
Dada nuestra hora salimos a comer, disfrutamos el buffet que estaba algo vasto: poquitos mariscos pero bastante carne, pasta, papas, etc. Nada mal, también nos dijeron que había una “cevichería” al otro lado del hotel, el cual es bastante grande, así que después de comer nos dirigimos para allá, encontramos la cevichería y ¿Por qué no? Disfrutamos una tostadita, ya que tienen como 15 variedades de ceviche, pero sólo pudimos probar uno… ¡pronto regresaremos!
Después de reconocer todo el hotel nos fuimos a poner el traje de baño, paseamos por la playa un ratito y regresamos a la alberca, pues ya estaba atardeciendo, allí disfrutamos un rato y la pasamos genial, pues el clima estaba “fresco” para los vallartenses, pero para nosotros era calorcito rico; eso sí, al atardecer hacía un poco de aire que refrescaba, pero nada grave para nosotros
Después de estar un rato así nos fuimos a bañar, para después bajar a cenar, cerramos el día yéndonos a dormir, pues todo el día había sido cansado con el viaje y todas las emociones.
Así que es todo por hoy, mañana les platicaré de las aventuras en esta playita bonita, así que es todo pero…
…Seguiremos vacacionando…
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