Mazatlanazo Parte I - La caida del sistema
¡Hola amantes de las aventuras!
Aquí les va la primera parte de este cuento llamado “Mazatlanazo”. Como podrán imaginar, la nenorra y yo aprovechamos las vacaciones de verano para hacer un viaje, como no teníamos tantos días ni tanto presupuesto, decidimos que íbamos a ir a Mazatlán
¿Y por qué Mazatlán? Bueno pues primero porque la nenorra no conoce y me pareció que sería una buena idea que conociera ya que desde mi visita laboral el año pasado, descubrí que era un buen lugar, con mucha fiesta y gran ambiente y fue como terminamos aquí… Aunque casi no terminábamos aquí, ahora verán ¿por qué?
Pues conseguimos un vuelo relativamente económico desde el “Nuevo Aeropuerto de Santa Lucía”, con clave NLU y mejor conocido como el “AIFA” ó Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles. El aeropuerto no está tan lleno, aunque por supuesto que no está nada vacío, así que llegamos y buscamos las locaciones de nuestra aerolínea, al principio todo parecía normal, pero poco a poco caímos en cuenta que había algo de caos en la zona, se trataba de nada más y nada menos que la famosísima caída de Microsoft…
Bueno, no fue propiamente Microsoft, sino una herramienta que se encuentra en los equipos que tienen Windows, como que dio falsos positivos a un monitoreo de intentos de ataque y ¡Pum!, medio mundo estaba roto.
Y bueno, la aerolínea de bajo costo conocida como Viva Aerobús no fue la excepción. La gente estaba vuelta loca, pedían que hiciéramos filas distintas para cada uno de los destinos “próximos” a salir, que era Villahermosa, Mazatlán y Tulum, pero la gente se revolvía y nadie sabía a ciencia cierta qué había que hacer, hasta que a las agentes del mostrador les llegaron unas listas en papel y ahí fue como pudieron comenzar a hacernos nuestros pases de abordar “a la antigüita”. Se anexa evidencia.
Después de mucho esperar logramos recibir los pases y entonces pasamos por los arcos de seguridad para llegar a las salas de abordar, todo fue simple, pues la tecnología está bastante moderna en este aeropuerto, entonces en un santiamén ya estábamos en la sala de abordar; en donde todo también era caos y confusión, el vuelo a Villahermosa ya llevaba un retraso de media hora, por lo que esos pasajeros se encontraban algo desesperados, entonces nosotros decidimos tomarlo con calma y nos sentamos cómodamente en unas sillas que encontramos; mientras tanto yo leía las noticias para saber cómo iba todo respecto a la caída del gigante de las computadoras, y sí, al parecer en todo el mundo había empresas colapsadas.
Así que nosotros en lugar de estresarnos decidimos tomarlo con calma, así que sentados platicábamos, veíamos nuestras redes sociales, nos compartíamos algunos memes, también fui al Oxxo por algunas bebidas y alimentos chatarra, para hacer más llevadera la espera.
Para no hacer el cuento tan largo, empezaron a subir lentamente a los pasajeros a Villahermosa y después de un buen rato llamaron a los “pasajeros al vuelo a Mazatlán”, como siempre hubo algo de desorden para subir, pero al final logramos instalarnos en nuestros poco cómodos asientos y ¡ahora sí! ya estábamos listos para despegar, ¡¡con 4 horas de retraso!!, pero bueno, el avión estaba a punto de despegar.
La llegada fue con normalidad, habíamos rentado un auto pero dado nuestro retraso ya no había nadie de la arrendadora en las instalaciones aeroportuarias, así que tuvimos que caminar hasta allá, aunque no estuvo muy lejos, pero ya comenzábamos a sentir el rigor del solecito playero.
Yo había pedido un auto más compacto que el más compacto que tuvieran, pero no sé qué pasó que terminaron dándonos un Kia K3. Digo, no es un Rolls Royce pero si estaba nuevecito y se veía muy bien, con una pantalla para el “infoentretenimiento” de grandes dimensiones, apto para disfrutar el viaje.
Y entonces nos dirigimos al hotel, nos quedaba a una media hora del aeropuerto así que lo tomamos con calma, llegamos, nos dieron nuestra habitación y nos dirigimos inmediatamente a la playa, pasamos por la alberca del hotel a “analizar las instalaciones” y después directito a la playa y al mar. ¡Oh, cuánta belleza!. justo allí tomé la siguiente foto que me encantó
Y después de eso nos fuimos a comer/cenar al “Jaiba Pata Salada”, algo de caos para estacionarse, algo de caos en el malecón, algo de caos en la entrada del restaurante; pero ya una vez sentados en una mesa todo fue felicidad, los alimentos llegaron rápido y la banda sonaba a todo lo que daba.. ¡Qué gran lugar!
Amamos el aguachile y un platillo que se llamaba “Chorreada”, que es básicamente un sope cubierto de queso que se “desborda” del sope y sobre todo ésto una cantidad generosa de pulpo y camarón… ¡No dejen de probarlo!
Y salimos bien alimentados y contentos, dimos algunos pasos en el malecón disfrutando la vista y el delicioso clima, luego nos fuimos por el auto y volvimos a recorrer el malecón a bordo de nuestro auto rentado.
Llegamos al hotel, listos para descansar, pues había sido una gran jornada.
Y aquí estamos, listos para dormir, pero no sin antes recordarles que…
… Seguiremos visitando…
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