En QueretaRock pa' los corridos tumbados -Parte II-

Bueno, sin más preámbulo continuaré mi relato de ayer porque se quedó: interesantísimo (uy si, como no).

La nenorra me había dicho en forma de súplica, auxilio y orden lo siguiente: “¿Y si pruebas con el otro celular?”, a lo que a mí me llevó a recordar algo:

A la páginucha ésa había entrado siempre desde el Firefox de mi celular y en esta ocasión lo estaba intentando desde Chrome, y mis amplísimos conocimientos ingenieriles y de la Web me dijeron:

¡Pues Pícale! Para ver ¿qué pasa?

Así que hice el intento y… ¡¡Voila!! (Para los que no saben francés: Vualá). El condenado Firefox me dejó entrar sin quejarse ni tantito. Así que accedí a mi cuenta, la dejo aquí para que no se me olvide: usuario: rodrigo y la contraseña es 12345678 y al momento en que los QRs actualizados se visualizaron en la pantalla, escuchamos la voz de uno de los trabajadores del recinto que nos dijo: sus códigos QR por favor, así que yo, con voz de júbilo casi grité: ¡¡Aquí están!!, mientras me conmovía casi hasta las lágrimas, el muchacho no supo ni siquiera el motivo de mi sonrisa de oreja a oreja y mi casi grito al mostrarle los códigos, pero nos dijo: Están bien, pasen.

Y entramos por los torniquetes con paso triunfal, casi casi escuchábamos campanas en el cielo, o al menos la marcha de Zacatecas

Nos pusieron nuestra pulserita y nos dirigieron a nuestros lugares, la verdad es que fueron una gran ubicación, cortesía de la nenorra porque ella se discutió los boletos de entrada, además era la primera zona donde sí había sillas, lo cual fue muy útil por lo que les contaré a continuación:

Empezamos a disfrutar del evento, eran aproximadamente las 21:00 hrs. y nosotros ya estábamos en nuestro lugar, entonces estaba en el escenario un “famosillo locutor de alguna estación de radio local”, y estaba presentando al próximo cantante, de quien obviamente no recuerdo su nombre pero informaron que venía de la ciudad hermana de Querétaro: Celaya, digo hermana porque se encuentra muy cerca una de la otra.

Tocaron corridos al estilo clásico, y así llegó otro grupo y otro grupo; aunque amenizaron correctamente, fue una larga espera para que saliera el cantante que esperaba la nenorra, quien por cierto, no he dicho su nombre, pero el concierto era del mismísimo: “Junior H”.

A punto de terminar el día, es decir, casi a las 12:00 a.m. apareció el susodicho, yo sólo puedo decir que me impresionó la llegada, pues como dicen en los anuncios de las obras de teatro: Más de 20 músicos en escena: el vato llevaba guitarristas, bajistas, una banda completa con metales y todo tipo de instrumentos, además llevaba todo un séquito de ayudantes, quienes se encargaban principalmente de que su mano nunca estuviera sin algo de alcohol, entonces comenzó a dar un espectáculo digno de cualquier gran estrella, muy comprometido con sus fanáticos, muy feliz de estar allí, echando desmadre con sus músicos y ayudantes, haciendo bromas con ellos y con el público, en fin, todo un showman con un espectáculo muy bien armado.

Se rifaron más de dos horas de concierto, por lo que salimos más allá de las 02:00 hrs. del domingo, la nenorra decidió “perderse” la última canción para que saliéramos antes que muchos, pues se veía que la salida iba a ser complicada… Y no se equivocó, pues llegamos a sacar el auto y ya había varios autos intentando salir, logramos movernos y llegamos hasta la salida del recinto ferial, pero ahí ya había un relajo de autos, personas, vendedores, todos haciendo bola en el único camino para salir del lugar, por lo que quedamos completamente detenidos en la fila casi a punto de salir.

Estuvimos allí sin poder movernos, pero al menos ya estábamos sentados, descansando y comentando acerca del espectáculo que acabábamos de ver, luego de una media hora se logró despejar el espacio y nos dirigimos a nuestro hotel. Tomamos nuestras viandas compradas en el Oxxo y por ahí de las 04:00 a.m. ya estábamos dormidos…

Nos logramos levantar para el desayuno, que era un buffet incluido en el hotel, nada mal, digamos que fue un buen almuerzo dado el precio ($0.00 M.N.).

Después preparamos nuestras maletas y nuestra salida del hotel y como teníamos algo de tiempo dimos la vuelta rumbo al centro de la ciudad, llevé a la nenorra a uno de los lugares más enigmáticos y entretenidos de la ciudad: “El mercado de la Cruz”, en donde se pueden comprar deliciosos quesos, algo de artesanía pero todo en un mercado tradicional, en donde hay venta de productos normales de mercado; así que obviamente nosotros compramos unos quesos y después de dar la vuelta por ahí decidimos terminar las compras para emprender el regreso a la casa de la nenorra.

La autopista transcurrió sin novedad, el camino tranquilo, no demasiado calor por lo que fue placentero, de esta forma la llegada a la CDMX fue bastante tranquila, allí llegamos todavía a comer en conocida cadena de restaurantes que antes eran de Wal-Mart y ahora son propiedad de Grupo Alsea, así es amigos, comimos en un Vips… Y así fue como terminó nuestra loca aventura de viaje y música, contentos, cansados pero muy satisfechos.

Así terminó el viaje, 2024 creo que no me ha dejado de sorprender. ¿Qué más nos deparará este año?

Es todo por hoy, pero recuerden que…

…Seguiremos cantando y viajando…

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