El regreso de regiolandia
¡¡Amigos!!
Ahora sí les cuento lo último de lo último en nuestra aventura en la norteña ciudad de Samuel García
Nos levantamos temprano para preparar nuestras maletas, ya estábamos algo descansados por lo que no fue tan complicado estar listos, nuestro vuelo saldría a las 4 de la tarde por lo que teníamos tiempo de desayunar cómodamente, así que le hice la pregunta obligada a la nenorra:
¿Qué lugar quieres visitar antes de irnos de Monterrey?
Y después de analizarlo un poco ella decidió:
¡¡Vamos a Dolce Bisquet!!
¡¡Uff!! Una excelente decisión, así que nos dirigimos al lugar, ya habíamos ido apenas antier, por lo que ya saben, querido lectores, el lugar (y si no lo leyeron, píquenle aquí , así que yo pedí esta vez un Bisquet con machaca, debo decirles que no me decepcionó para nada, la nenorra no se echó para atrás y pidió uno waffles, que también estuvieron excelentes, nada de que quejarse en este restaurante, bueno, sólo una cosa: ¡¡Necesitamos un en ciudad capital!!...
(¿Cuánto costará poner una franquicia?)
Bueno y después del -nuevamente- sustancioso desayuno, salimos de la placita en donde está ubicado el restaurante (al menos la sucursal a la que fuimos) y nos regresamos al hotel, justo para hacer el check-out y preparar nuestra salida.
La salida del avión sería hasta las 4:00, por lo que teníamos suficiente tiempo, lo tomamos con total calma, salimos tranquilamente del hotel, camino al aeropuerto pasamos por la gasolinera para dejar el tanque justo como recibimos el auto y continuamos nuestro camino hacia el aeropuerto.
Llegando al aeropuerto dejamos el auto en la agencia de renta de autos y entregamos nuestro vehículo sano y salvo; allí la empresa nos llevó al aeropuerto y… ¡¡comienza a terminar la aventura!!
Documentamos nuestro equipaje y después de eso teníamos algunas horas más antes de que saliera nuestro vuelo, así que nos sentamos un rato en unas de las sillas en la sala de espera, allí compartimos videos, recuerdos del día del festival y mientras eso pasaba el tiempo transcurrió rápido, por lo que pronto ya era el momento para hacer las clásicas filas para subirnos al avión.
El abordaje y el vuelo transcurrieron con normalidad: cero turbulencias, cero alimentos, cero comodidad extra (salvo el viaje) y cero amenidades con nuestros amigos de Viva, pero al menos el transporte cumple su cometido.
Llegamos a la CDMX listos para terminar la aventura, pero… ¡todavía faltaba una sorpresa!. Mis papás pasaron por nosotros y nos llevaron a su casa para degustar un delicioso pozole, hecho por supuesto, por mi mamá; así que todavía nos quedamos con ellos para disfrutar de la comida y les platicamos algunas de nuestras regias aventuras; después de la amena charla y la sana convivencia, partimos para que la nenorra llegase a su camita para descansar.
Y eso fue todo, se acabó el fin del viaje, el primer festival de la nenorra, mi primer Pa’l Norte, nuestro segundo viaje a la capital de Nuevo León, por lo que, fue un gran viaje.
Así que es todo por hoy queridos amigos, pero recuerden que…
…Seguiremos paseando…
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