Puebla De Los Ángeles Ricolinos

Señoras y señoros

Pues llegó el gran día, hace 5 días nos fuimos a Puebla de Los ángeles, ciudad conocida por sus múltiples iglesias, su gente que se tropieza en las ciclovías, el camote, los borrachitos (dulce típico, no piensen mal) y la biblioteca palafoxiana. Llegamos el día viernes 30 de junio, nos encontramos 3 compañeros en la Tapo (Terminal de Autobuses de Pasajeros Oriente), mientras que otros dos se desplazaron desde la terminal del norte y uno más desde la Terminal del Sur, conocida porque está muy cerca del metro Taxqueña. Llegamos todos a Puebla y al fin nos conocimos todos, bueno, yo ya los conocía a todos, pero entre ellos faltaban algunos de conocerse, particularmente yo había tenido una actividad con CEJ en la empresa, pero también iban con nosotros FNP, MIA, MAR y RJZ. Todos bastante más jóvenes que yo, pero íbamos con la emoción y la incertidumbre de las cosas que ocurrirían en el trabajo.

Nos movimos gracias al famosísimo Uber, el cuál nos llevó al hotel en donde nos hospedaríamos, este lugar se encuentra en una plaza, muy nueva y bonita llamada Parque Puebla, con todas las amenidades conocidas: gimnasio, acuario, tiendas y restaurantes. Ahí conocimos a VCM, Project manager que viajó desde Monterrey, con quien comimos en el Vips de la plaza y de allí nos movimos al Centro de Trabajo, el cual se trataba de una bodega, pues ahí es donde llegan las camionetas y donde almacenan el producto.

Estuvimos trabajando allí, preparando los dispositivos con los que trabajan los vendedores, se trata de un celular y una impresora con los cuales hacen las ventas, el dispositivo se encuentra preparado con un Software especial y justamente es de lo que nos encargamos nosotros: realizar esa configuración y capacitar respecto a la misma.

Bueno, estuvimos trabajando en dicha configuración, con datos ficticios para la práctica, que es el día sábado; ese día nos tocó ser el “apoyo”, es decir, había personas que explicaban el funcionamiento de la app pero cuando los “colaboradores” (vendedores) iban a practicar, nosotros nos acercamos para cualquier duda que tuvieran; fue cansado porque nos obligaron a permanecer de pie durante toda la capacitación y al finalizar tuvimos que preparar los dispositivos para que estuvieran listos para que salieran a vender el día lunes.

Una vez que terminamos esas actividades, nos quedaba un rato por la tarde/noche, pero, por una irónica coincidencia, MAR y yo cumplíamos años ese día, así es, los dos, por lo que decidieron que saldríamos a festejar. Y así fue, pero ese será motivo de otro post; por ahora sólo puedo decir que la pasamos bien.

Llegó el domingo y allí tuvimos que hacer unas pruebas, aunque ninguno sabíamos muy bien lo que teníamos que hacer, pero juntos logramos resolverlo, con algunos tropiezos claro; así que como a las 3:00 p.m. ya estábamos listos para “conocer la ciudad”. En este punto nos separamos pues algunos queríamos comer y otros querían ir al centro de la ciudad, así que el grupo se separó un rato; nosotros comimos y después nos fuimos al centro, mientras que el otro grupo se fue al centro y comió algo por allá, a fin de cuentas pudimos aprovechar un poco la tarde del domingo, a pesar de que estuvo lloviendo, pero aún así nos salió todo bien y por la noche ya estábamos listos para descansar, pues el lunes debíamos estar en la bodega a las 06:00 hrs.

Así que el lunes ya estábamos listos a las 5:45 para tomar el Uber, el cuál nos llevó rapidito pues en realidad estábamos bastante cerca. Una vez en la bodega tuvimos que configurar los equipos una vez más, tarea que no estaba del todo claro porque las rutas apenas nos las habían dado, se trataba de un número que le correspondía a cada vendedor, pero estaban en un archivo y nos habían mostrado un número, pero resulta que el que debíamos configurar era otro, por lo que después de algo de confusión logramos tener todo listo, por lo que entregamos los equipos y ¡listo!: los vendedores estaban listos para salir a realizar su ruta.

Entonces es ahí en donde empezó la diversión, pues el siguiente reto fue subir con uno de los vendedores: tendríamos que ir acompañándolo durante todo el día, dispuestos a resolver sus dudas acerca de la aplicación o de cualquier tema del proceso en general. Así que, cada quinceañera escogió a su chambelán y por ahí de las 9:00 a.m. ya estábamos todos trepados a una camioneta con nuestro vendedor. Por ser la primera implementación, TODOS los vendedores llevaban un acompañante, por lo que no tenían pretexto para decir que no le habían entendido a la aplicación, salvo que nosotros no pudiéramos explicarles, lo cual podría acercarse a la realidad ya que no llevábamos tanto tiempo familiarizándonos con la aplicación, pero teníamos que fingir que sabíamos y buscar la solución a los problemas que aparecieran.

Particularmente mi vendedor me dijo: Mira, hoy es mi día bueno, yo no me paro al baño ni a comer, si aún así quieres acompañarme, ¡vámonos!, entonces respondí: Sólo déjame ir al baño y estoy listo para tí.

Y así fue, salimos, visitamos tiendas, aprendí algunos trucos de venta, también aprendí a abrir la camioneta, clasificar los dulces, acomodarlos, atender al cliente, en fin, todos esos trucos que les permiten vender, ya sabemos que como clientes todos somos muy especialitos, por lo que, estos chavos se ganan a la gente a base de puro esfuerzo, carisma y un poco de persuasión.

Nos detuvimos a las 15:00 hrs a tomar un refrigerio: una torta que nos había dado Mondelez y un refresco que se discutió el vendedor, por más que insistí que yo invitaba, él se negó, pero disfrutamos esos 15 minutos y continuamos nuestro camino.

Al finalizar el día terminamos con la última actividad y nos dirigimos directo al Centro de Ventas (conocido de ahora en adelante como CeVe) y el cual, como mencioné antes, no es nada más que una bodega en donde almacenan productos y camionetas.

Terminamos algo cansados, comenzamos a reunirnos en el CeVe todos mis compañeros y yo, alrededor de las 19:00 hrs. ya sólo nos faltaba uno, quien afortunadamente llegó poco antes de las 20:00 hrs. Tuvimos que tomar una junta como retrospectiva de lo que había pasado durante el recorrido y por ahí de las 20:30 salimos corriendo, directo a cenar, todos hambrientos, emocionados y cansados, nos fuimos directos al hotel y a un restaurante cercano, a pedir suficientes pizzas para todos. Allí conversamos animosamente y al terminar nos fuimos a descansar, listos para el siguiente día que íbamos a repetir la dosis (o casi).

Digo casi porque el otro día la misión era hacer “media” ruta, nos subimos con otro vendedor, aunque en mi caso a mí me tocó el mismo del día anterior, y a medio día la orden era dejar la ruta y dirigirse al hotel para de ahí salir corriendo a la terminal de autobuses, pues ya teníamos nuestro boleto de regreso a ciudad capital. Así que una vez todos reunidos en el hotel, tomamos nuestras cosas, hicimos check-out y salimos directo a la terminal, en donde esperamos felices nuestro autobús, de igual forma que la ida: 3 a la TAPO, 2 a la terminal del Norte y 1 uno más a Taxqueña, mientras que nuestro PM, había volado desde la madrugada rumbo a su ciudad: Monterrey.

Vista de la estación de trabajo del hotel donde nos hospedamos

Y entonces tomamos nuestros autobuses, algunos íbamos cansados, dormitamos un poco en el transporte, finalmente llegamos a la TAPO y allí tomamos cada quien un Uber, que nos llevó a casa.

Lo logramos, fue una experiencia enriquecedora, de mucho aprendizaje, a partir de este momento, vamos a repetir esta operación 11 veces más, dos salidas cada mes, desde agosto hasta enero, aunque en diciembre sólamente se hará una, ya saben, por aquello de las festividades de ese mes

Así que por hoy es todo, ya que este viaje fue harto cansado, no sin antes informarles que…

…Seguiremos incursionando…

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