Acuario Michín de Parque Tepeyac en CDMX
¡¡Amigos, amigos!!
Ha llegado el gran día. Así es, ese día tan esperado del año, la razón por la que vivo los otros 364 días, (aunque, en este caso, 365 porque es año bisiesto). Se trata nada más y nada menos que el evento:
Hoy es su mero día, por lo que se armó todo un plan para que su mamá, ella y yo festejáramos en uno de los nuevos lugares casi recién inaugurados en CDMX: Así es amigos, se trata del Acuario Michín.
Hay que darle el crédito a quien se lo merece, la decisión de asistir fue un tanto porque la mamá de la nenorra tenía unas entradas que le regalaron en su trabajo y estaban próximos a expirar, entonces fue un gran ahorro, ya que los boletos están algo caritas (Más de $300.00), por lo que son mil pesotes “nomás” de entrar, así que los pases gratis nos cayeron muy bien.
Lo mejor de todo es que nos dieron un pase directo, aunque claro, no había mucha gente para entrar dado que fue entre semana, pero de todos modos nos brincaron la fila y llegamos directito a iniciar el paseo en el acuario.
Al entrar te dan un mapa, que se divide en varias zonas del acuario, bosque, selva, mar y otros más, el mapa tiene algunos espacios para “sellar” cada zona que visitas; entonces al llegar al pabellón uno puede buscar el “sellador”, que es una palanca que marca la hoja del mapa, haciendo un relieve alusivo al pabellón, es una actividad divertida porque obviamente lo que uno quiere es marcar todas las zonas del mapa.
El acuario tiene 3 pisos, uno entra por el piso de enmedio, es ahí donde está la tiendita para comprar golosinas, así como los primeros pabellones. Inmediatamente hay interacción con el lugar, porque hay diversas actividades que uno puede realizar: por ejemplo en la zona del bosque hay una simulación de árboles y uno puede andar sobre de ellos, con diversos “caminos” entre los árboles (eso sí, con red protectora) y después de andar uno allí trepado puede bajar por una resbaladilla.
En el piso de arriba también se encuentran los pingüinos, ahí es donde hay dos ideas que me parecieron innovadoras: en la zona de los pingüinos puedes pasar por “debajo” de la pecera, es un pequeño túnel que te lleva a un cubo “dentro” de la pecera, obvio con paredes, pero de esta forma puedes ver más de cerca las especies que se encuentran allí. De igual forma hay un túnel que pasa “por debajo”, de tal forma que uno debe pasar “a gatas”, pero desde ahí se ve el agua en donde nadan los pingüinos, pero desafortunadamente fue un poco temprano nuestra visita, por lo que nosotros sólo pudimos ver a un pingüinito nadando, pero fue suficiente.
Una vez recorrido el piso en su totalidad, hay que bajar al primer piso del acuario (que está en la planta baja de la plaza), para llegar allí hay tres opciones: escaleras comunes, escaleras eléctricas y ¡una resbaladillota!, la cual puede ser usada por niños, adultos, niñas, adultas, etc. etc. Desafortunadamente no resbala tanto, por lo que uno no alcanza tanta velocidad, lo cual es bueno porque me imagino la de accidentes que podría haber, niños siendo lanzados por todas partes, no no no, mejor dejémoslo así.
En el piso de abajo está el patio en donde se encuentran los animales “terrestres”: tortugas del desierto, CAPIBARAS!!, también tienen un pequeño aviario, hay un pequeño espacio con flamencos y, como no, un espacio para conseguir unos snacks.
Nota aclaratoria: Me acabo de enterar que los animalitos voladores con patas delgadas y cuello largo que son color rosado, en español se llaman “flamencos”, mientras que en inglés se llaman “flamingos”... De qué cosas se entera uno. (Pueden revisar las ligas para confirmarlo).
También en planta baja están los grandes estanques para todos los animales marinos, es bastante grande y te puedes encontrar muchas especies, entre otros hay mantarrayas, tiburones, tortugas marinas y una gran variedad de peces multicolor; también tienen otras peceras con medusas, esa zona está muy bonita porque la tienen iluminada con distintos colores, por lo que hay efectos muy interesantes.
Una de las peceras que me dieron escalofríos fue nada más y nada menos que la de las morenas… Hasta se me encueró el chino. (si, ya sé que se dice al revés, ahí radica el chiste).
En algunas estaciones hay actividades que se pueden hacer sin pagar extra, en dos estaciones nos encontramos con unas mesas con banquitos, en donde puedes tomar una hoja con un dibujo en blanco y negro y hay crayones para colorearlo, en cuánto lo terminas puedes ir a un escáner para digitalizarlo y algunos segundos después aparece tu dibujo en una “pecera” virtual, que es una pantalla en donde se van viendo todos los dibujos digitalizados, es algo simple pero muy enttretenido.
En la misma planta baja está el herpetario, ¡Uy!, esta es otra sección donde no deja de dar escalofríos, también hay una gran variedad de ranas y sapos, junto con otra variedad de reptiles.
Durante todo el recorrido puedes pagar extra por entrar a acariciar a los animalitos: pingüinos, lémures, flamencos, rayas, en casi todas te dan algún alimento para que se acerquen a tí; la verdad es que no preguntamos el costo, pero me parece que está en $250.00 extras y me parece que incluye una foto; también en el aviario puedes comprar semillas para alimentar a las aves, y allí la semilla cuesta diez pesitos, así que la semilla si está bara bara, bara bara.
Una vez finalizado el piso de hasta abajo, la salida se encuentra hasta el tercer piso del acuario (ubicado en la segunda planta de la plaza), ahí ya no hay acuario pero las instalaciones tienen una pista de patinaje, pared para escalar, cajas de bateo, brincolines y muchas cosas más, todo con el fin de que los chamacos (y no tan chamacos), se sigan divirtiendo; eso sí, todas las actividades tienen un costo extra.
Nosotros ya no hicimos nada, pues estábamos algo cansados después de las casi 3 horas que duró el recorrido (y podría ser un poco más), así que nos sentamos en una de las muchísimas bancas que hay allí, porque también venden comida, pero nosotros nos sentamos sólo para plantearnos ¿cuál sería nuestro próximo movimiento? Y como decidimos que ya teníamos hambre, entonces nos fuimos al restaurante de buffet de alitas conocido como “La BTK”, pues seguía el festejo de la nenorra.
Un poco de alitas, un poco de cerveza, un “trago coqueto” para la nenorra y brindar por la alegría de un cumpleaños más de mi tesoro mejor guardado.
Al final salimos de la plaza y nos fuimos rumbo a casa, allí adornamos como ella quería y partimos un pastel que la nenorra escogió, todo engalanado con un hermoso número “16” de globo en color dorado, ya saben, esos que están de moda
Vamos por un año más lleno de retos y de nuevas esperanzas, así como nuevas aventuras. Mi vida, prometo mejorar como papá, por aquellas veces que he fallado, cada día es una oportunidad más para recordármelo y cada año que cumples es un buen momento para recapacitar y procurar ser mejor.
Bueno, pues es todo por hoy, espero que hayan brindado por mi nenorra.
Es todo por hoy amigos, lasalasalreves está feliz, por lo que…
…Seguiremos conmemorando…
Les dejo unas fotitos, pero algunas las tomé yo y otras la nenorra, por lo que ya no sé cuál es cuál.
Comentarios