Mini aventura de baile -Parte II-

En nuestro capítulo anterior, la nenorra y yo ya habíamos desayunado, habíamos visitado el parque Masayoshi Ohira y todavía teníamos mucho tiempo libre, por lo que, decidimos acercanos al Centro Nacional de la Artes, mejor conocido como el CNA.

El CNA es un recinto cultural en donde se encuentran muchas instalaciones de distintas manifestaciones culturales, tales como cine, teatro, dibujo, pintura, etc. entre las cosas que yo sabía que existían eran las clases de ballet, junto con una tienda “Petipa” que vende accesorios para la actividad, la escuela “La esmeralda” que en la antigüedad estaba instalada en la colonia Guerrero, cerca del metro San Cosme y allí fueron a aprender grandes exponentes de la pintura como Frida Kahlo, Diego Rivera, Francisco Zúñiga, María Izquierdo y muchos más, pero en el año 1994 la mudaron precisamente, al CNA. También hay un cine de cadena comercial (CINEMEX), o había, pre-pandemia y unos jardines muy bonitos. También hay diversos auditorios.

Ahora, entre las cosas que yo no tenía idea que existían son:

  1. La escuela de arte teatral
  2. Escuela Nacional de danza clásica y contemporánea
  3. Escuela Superior de Música
  4. Centro de capacitación cinematográfica
  5. Biblioteca de las artes
  6. Y cuatro centros de investigación: Danza, teatro, música y artes plásticas

Como pueden ver, hay muchas más cosas de lo que uno se imagina, además la construcción de los recintos es todo un agasajo, pues los arquitectos se dieron vuelo haciendo figuras hermosas con colores muy distintivos, lo que permite tomar excelentes fotografías

Spoiler: No tomé fotos, pero ya regresaré a hacerlo

Bueno, pues resulta que una de estas escuela cuya existencia yo desconocía (La escuela nacional de danza clásica y contemporánea) presentaba 3 cuadros de sus alumnos, si mal no recuerdo de 5to semestre, ya saben, una de esas presentaciones que los alumnos han trabajado durante años (o al menos el ciclo escolar)

Obviamente nosotros no teníamos ni idea de ésto, pero nos acercamos porque en la entrada de un auditorio había dos filas: una conformada por unas 50 personas y una de unas 10. así que tímidamente nos acercamos, la nenorra me preguntaba ¿por qué están formados? Así que no tuvimos más remedio que preguntarle a una muchachita que estaba movida repartiendo unos boletitos. quién dijo así:

Es un evento de alumnos, sólo pueden entrar con boletos que se entregaron desde antes

Pero agregó:

Pero en la otra fila (la pequeña) están las personas que no tiene boletos, si hay cupo los dejarán entrar

Entonces corrimos a la “segunda” fila, esperamos pacientemente y unos minutos después, pasó la fila con el pre-pago, así que nosotros estábamos en espera; después de que accedieron todos, comenzaron a darle paso a la fila desboletada y justo después de nosotros, dejaron de dar paso!! ¡Apenas entramos!, aunque creo que sólo fue un punto de control y siguieron dejando a las personas, pero lo importante es que, ¡estábamos adentro!, bajo el siguiente análisis:

  1. No sabíamos qué se iba a presentar
  2. No conocíamos a nadie
  3. Ni siquiera estábamos seguros si era danza, teatro qué
  4. Sólo sabíamos que era una presentación y que, por supuesto era gratis

Entonces la nenorra preguntó ¿Y si no nos gusta?

Y yo respondí: Si no nos gusta tendremos que aguantarnos una hora aproximadamente, porque seguro cerrarán las puertas y conminarán a no interrumpir

Así que, sin expectativa pero si con curiosidad, comenzamos a ver el evento: efectivamente era danza contemporánea, ya saben, movimientos expresivos que permiten imaginar, recrear y sentir, una puesta en escena con expresión corporal y movimientos que, si bien uno pensaría que pueden ser algo caprichosos, en realidad están bien estudiados por los alumnos y los directores. Fueron 3 presentaciones de alumnos de distintos grupos y tal vez distintos grados.

Terminó y nos salimos. Fue un buen momento para preguntarle a la nenorra: ¿Qué te provocó cada una de las presentaciones?

Me dio respuestas como: amor, tristeza, preocupación, me gustaron sus respuestas por dos cosas:

  • No tengo una hija robot
  • Tuvimos las mismas sensaciones

Lo que, obviamente, me dio mucho gusto.

Salimos contentos, pero algo pensativos, por lo que recorrimos un poco más de las instalaciones del lugar, un poco más solamente, al final me dijo: ¡ya vámonos! Por lo que, continuamos nuestra salida y nos fuimos, contentos de una aventura tan cultural.

Me encantó la manera de que la nenorra se acercó a la cultura, nada forzado, todo casual. Amé esta salida, espero que se repita un día de éstos.

Es todo por hoy, pero recuerden que…

…Seguiremos cultivando…

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