Viaje a Manzanillo
Después de muchos, muchos años decidimos que era un buen año para vacacionar, aunque no habíamos ahorrado nada, la magia de las tarjetas de crédito con sus muchos, muchísimos meses sin intereses hicieron la magia.
Todo comenzó cuando decidimos viajar a Manzanillo, destino que ninguno de los 3 integrantes e la familia conocíamos, de ahí que hayamos tomado esa decisión.
Como teníamos poco tiempo pues íbamos a aprovechas los "días santos", decidimos que volaríamos al destino, por lo que estuvimos validando nuestro viaje Todo pagado con una de las famosas páginas web de viajes.
La verdad es que los dueños de las páginas ésas le han invertido bastante, tienen buena infraestructura y contienen muchos paquetes con muchísimas opciones. Así que después de ver las fotos de 3 o 4 hoteles, decidimos que iríamos al "Tesoro Manzanillo", pues no era el más caro, pero tiene algunos de las cosas que necesitábamos, además una área de juegos infantiles bastante decente.
El día tan esperado llegó, mis papás nos llevaron al aeropuerto, la nenorra está muy emocionada pues era su primer viaje en avión, por lo que todas las cosas que hacía eran nuevas para ella: el aeropuerto, la despedida, la sala de espera.
En la sala de espera se encontraba bastante emocionada y desesperada, pues ya se quería subir al avión, así que los minutos fueron interminables.. Estuvimos distrayéndola con fotos, pláticas y cosas entretenidas, hasta que llegó el momento en que pudimos cruzar el túnel.
Desde éste le dije a la nenorra: "¡Mira, el avión!", pues se veía perfectamente. El vuelo de ida lo habíamos tomado con Aeroméxico, fue un avión mediano con bastante capacidad, bastante nuevo. Nos tocó estar en los primeros asientos, bastante cómodos y relajados.
Entre las docenas y docenas de movimientos que hace el avión, la nenorra estaba desesperada, pues ya quería que despegáramos. Yo estaba sentado junto a ella y la sra. le tocó un lugar del otro lado del pasillo.
¡Y al fin llegó el momento!; los motores del avión rugieron y se sintió el "jalón" del arranque del avión, las líneas de la pista se veían pasar cada vez más rápido, tuve que alzar un poco a la nenorra para que viera por la ventanilla como íbamos a toda velocidad, entonces, el vertíginoso quiebre angulado del poderoso pájaro de metal, por lo que comenzamos a ver como se alejaba la pista, y después de unos segundos: ¡Mira las casas!, ¡mira el metro!, ¡mira en esos terrenos salitrosos y terregosos vivimos!, en fin, varias cosas dignas de admirarse desde la ventanilla del avión, hasta que dejó de ser sorpresa y el avión se estabilizó, ahí fue cuando la nena se descargó de adrenalina y estuvo un poco tranquila (sólo un poco).
Pasados los minutos nos ofrecieron "jugo y galletas", lo cual ayudó a terminar de pasar el rato, que por cierto fue poco, yo pensaba que era mucho mayor el tiempo que íbamos a pasar en el aire, pero justo después de la botana el avión comenzó a descender, en un aeropuerto realmente cerca del mar, pues cuando íbamos en el descenso para aterrizar se alcanzaban a ver las olas perfectamente.
Así que sin novedad aterrizamos, bajamos del avión, me encanta que en todos los aeropuertos que conozco (aunque no son muchos: Cancún, Manzanillo, Hermosillo, Puerto Vallarta), uno baja directo del avión a la pista de aterrizaje, le da un aire como de, no sé, libertad aeropuertaria, caminar por la pista desde el avión a las instalaciones propias del aeropuerto le da una sensación de que eres un turista aventurero auténtico.
Recogimos las maletas y como era un viaje todo pagado, pasamos al transporte que nos llevaría al hotel, ya saben, camionetas donde suben varias familias, a las que van dejando en cada uno de los hoteles que fueron adquiridos en el paquete.
Las camionetas eran de "Tlaloc Tours", quienes nos dieron un servicio de primera calidad desde el inicio del viaje. La camioneta entró al hotel "All", dejamos a algunas de las personas allí, ese hotel se encuentra casi enfrente de una de las playas más visitadas de Manzanillo (por lo que alcancé a ver), con auténtico ambiente playero: ventas, camionetas, restaurantes pequeños, área de acampar y varias cosas más.
Después retomamos el camino y nos dirigimos más hacía Manzanillo,, encontramos una zona con bastantes construcciones y en el campo de golf "Las Hadas" dimos vuelta, yo pensé que dejaríamos a los paseantes que llegaban a ese hotel, pero al poco tiempo vimos los letreros que nos llevaban al hotel "Tesoro".
Allí bajaron a una pareja y a nosotros, había bastante gente en el lobby, pero con calma nos registramos, nos dieron una pulsera a cada uno para el "Todo incluído" y nos dijeron que ya podíamos hacer uso de las instalaciones, pero que nuestra habitación la podríamos ocupar hasta las 15:00 hrs.
Así que nos cambiamos en el baño del lobby, y nos dispusimos a pasear por el lugar. Conocimos la alberca, vimos una de las muchas actividades que hacen en la alberca, después nos fuimos a comer al ¡¡Buffet!!! y como es de suponerse nos atascamos de comida, aprovechando que había variedad de alimentos.
Conocimos los juegos del área infantil, a la nenorra le encantaron por supuesto, y ahora si, todo estuvo listo para echarnos un chapuzón. Estuvimos en las albercas un rato, después bajamos al mar, después de unas horas de refrescarnos nos entregaron la habitación por lo que fuimos a recoger nuestro equipaje, al poco rato acomodamos nuestras cosas y regresamos a seguir disfrutando del lugar.
Ha sido una experiencia muy divertida hasta ahora... por supuesto que...
... Seguiremos informando... y disfrutando...
Todo comenzó cuando decidimos viajar a Manzanillo, destino que ninguno de los 3 integrantes e la familia conocíamos, de ahí que hayamos tomado esa decisión.
Como teníamos poco tiempo pues íbamos a aprovechas los "días santos", decidimos que volaríamos al destino, por lo que estuvimos validando nuestro viaje Todo pagado con una de las famosas páginas web de viajes.
La verdad es que los dueños de las páginas ésas le han invertido bastante, tienen buena infraestructura y contienen muchos paquetes con muchísimas opciones. Así que después de ver las fotos de 3 o 4 hoteles, decidimos que iríamos al "Tesoro Manzanillo", pues no era el más caro, pero tiene algunos de las cosas que necesitábamos, además una área de juegos infantiles bastante decente.
El día tan esperado llegó, mis papás nos llevaron al aeropuerto, la nenorra está muy emocionada pues era su primer viaje en avión, por lo que todas las cosas que hacía eran nuevas para ella: el aeropuerto, la despedida, la sala de espera.
En la sala de espera se encontraba bastante emocionada y desesperada, pues ya se quería subir al avión, así que los minutos fueron interminables.. Estuvimos distrayéndola con fotos, pláticas y cosas entretenidas, hasta que llegó el momento en que pudimos cruzar el túnel.
Desde éste le dije a la nenorra: "¡Mira, el avión!", pues se veía perfectamente. El vuelo de ida lo habíamos tomado con Aeroméxico, fue un avión mediano con bastante capacidad, bastante nuevo. Nos tocó estar en los primeros asientos, bastante cómodos y relajados.
Entre las docenas y docenas de movimientos que hace el avión, la nenorra estaba desesperada, pues ya quería que despegáramos. Yo estaba sentado junto a ella y la sra. le tocó un lugar del otro lado del pasillo.
¡Y al fin llegó el momento!; los motores del avión rugieron y se sintió el "jalón" del arranque del avión, las líneas de la pista se veían pasar cada vez más rápido, tuve que alzar un poco a la nenorra para que viera por la ventanilla como íbamos a toda velocidad, entonces, el vertíginoso quiebre angulado del poderoso pájaro de metal, por lo que comenzamos a ver como se alejaba la pista, y después de unos segundos: ¡Mira las casas!, ¡mira el metro!, ¡mira en esos terrenos salitrosos y terregosos vivimos!, en fin, varias cosas dignas de admirarse desde la ventanilla del avión, hasta que dejó de ser sorpresa y el avión se estabilizó, ahí fue cuando la nena se descargó de adrenalina y estuvo un poco tranquila (sólo un poco).
Pasados los minutos nos ofrecieron "jugo y galletas", lo cual ayudó a terminar de pasar el rato, que por cierto fue poco, yo pensaba que era mucho mayor el tiempo que íbamos a pasar en el aire, pero justo después de la botana el avión comenzó a descender, en un aeropuerto realmente cerca del mar, pues cuando íbamos en el descenso para aterrizar se alcanzaban a ver las olas perfectamente.
Así que sin novedad aterrizamos, bajamos del avión, me encanta que en todos los aeropuertos que conozco (aunque no son muchos: Cancún, Manzanillo, Hermosillo, Puerto Vallarta), uno baja directo del avión a la pista de aterrizaje, le da un aire como de, no sé, libertad aeropuertaria, caminar por la pista desde el avión a las instalaciones propias del aeropuerto le da una sensación de que eres un turista aventurero auténtico.
Recogimos las maletas y como era un viaje todo pagado, pasamos al transporte que nos llevaría al hotel, ya saben, camionetas donde suben varias familias, a las que van dejando en cada uno de los hoteles que fueron adquiridos en el paquete.
Las camionetas eran de "Tlaloc Tours", quienes nos dieron un servicio de primera calidad desde el inicio del viaje. La camioneta entró al hotel "All", dejamos a algunas de las personas allí, ese hotel se encuentra casi enfrente de una de las playas más visitadas de Manzanillo (por lo que alcancé a ver), con auténtico ambiente playero: ventas, camionetas, restaurantes pequeños, área de acampar y varias cosas más.
Después retomamos el camino y nos dirigimos más hacía Manzanillo,, encontramos una zona con bastantes construcciones y en el campo de golf "Las Hadas" dimos vuelta, yo pensé que dejaríamos a los paseantes que llegaban a ese hotel, pero al poco tiempo vimos los letreros que nos llevaban al hotel "Tesoro".
Allí bajaron a una pareja y a nosotros, había bastante gente en el lobby, pero con calma nos registramos, nos dieron una pulsera a cada uno para el "Todo incluído" y nos dijeron que ya podíamos hacer uso de las instalaciones, pero que nuestra habitación la podríamos ocupar hasta las 15:00 hrs.
Así que nos cambiamos en el baño del lobby, y nos dispusimos a pasear por el lugar. Conocimos la alberca, vimos una de las muchas actividades que hacen en la alberca, después nos fuimos a comer al ¡¡Buffet!!! y como es de suponerse nos atascamos de comida, aprovechando que había variedad de alimentos.
Conocimos los juegos del área infantil, a la nenorra le encantaron por supuesto, y ahora si, todo estuvo listo para echarnos un chapuzón. Estuvimos en las albercas un rato, después bajamos al mar, después de unas horas de refrescarnos nos entregaron la habitación por lo que fuimos a recoger nuestro equipaje, al poco rato acomodamos nuestras cosas y regresamos a seguir disfrutando del lugar.
Ha sido una experiencia muy divertida hasta ahora... por supuesto que...
... Seguiremos informando... y disfrutando...
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