Aeromareados
En nuestro capítulo anterior, los héroes de nuestro cuento se encontraban arribando al aeropuerto de Manzanillo, en donde la camioneta de Tlaloc tours los había dejado con todo y maletas...
Entonces recogimos nuestras maletas, le agradecimos al chofer por el viaje y nos dispusimos a documentar nuestro equipaje en las taquillas de "Aeromar", pues nuestro regreso había quedado en esa aerolínea.
Una vez estando allí, los empleados de la aerolínea nos dijeron:
"Por las fechas de semana santa, es probable que nuestro vuelo se haya sobrevendido, por lo que si deciden mover su fecha de salida al día de mañana, les daremos hotel con comidad incluídas y mañana saldrán en el primer vuelo disponible que tengamos", además les regalaremos un vuelo similar a éste.
Sólo que como yo regresaba a trabajar, decidimos que no era una opción, por lo que rechazamos la "jugosa" oferta y decidimos continuar nuestro camino.
Entonces nos dijeron: "Bueno, entonces pueden pasar a la sala "diamante" de aeromar, donde pueden disfrutar de wi-fi, T.V., botanas y refrescos.
Y eso hicimos, llegamos a la sala "diamante aeromar", muy pequeña por cierto, pero con todo lo que nos habían ofrecido, tenía un refrigerador con jugos, refrescos, cervezas, leche, (en ese momento pensé: ¿quién va a tomar leche); además de unas canastas con botanas tipo Totis y galletas Quaker, dos televisiones sintonizando noticias, unos 10 sillones individuales y unos banquitos que estaban en la barra donde se podía estar cómodamente sentado. Como es de esperarse la nenorra se dio gusto agarrando botanas, un poco de refresco y jugos.
Después de un rato personal de aeromar llegó y nos dio la terrible noticia: "Pasajeros, derivado de las fechas nuestro avión trae un retraso, por lo que deberán esperar una hora más".
El descontento fue mayúsculo, algunos pasajeros reclamaban, algunos nos resignamos, mi sra. dijo: "Hubiéramos aceptado el cambio de fecha y nos quedábamos en un hotel" (lo cuál me pareció aceptable, y ya sólo avisaba en el trabajo que me descontaran el día), pero no había más por hacer, así que tuvo que llegarnos la resignación y esperar pacientemente... pero...
La nenorra no sabe esperar pacientemente, es una nenorra pues!!, tiene 5 años, es hiperactiva y demasiado inquieta, además de latosa a más no poder. Mi sra. se las ingenió para desentenderse del asunto, así que me quedé solo contra una niña de 5 años, por lo que:
inventamos juegos, buscamos cosas en la pared, en las revistas, en las personas, en los baños, paseamos, buscamos dulces, corrimos por los pasillos.. .upssss.... Después inventé un juego que nos entretuvo casi una hora: Se trataba de ver un comercial de una revista durante unos segundos, después cerrar la revista y hacíamos preguntas sobre el carte, tipo: ¿de qué color traía las uñas la chava que anuncia el perfume? o ¿Qué marca de perfume era? Y por increíble que parezca esto nos ayudó a entretenernos bastante.... (soy mi auto-super héroe jajajaja)
Y después, cuando ya era de noche, la nenorra comenzó a preguntarse y preguntarnos si no iba a cenar, entonces fue cuando dije: ¿Con qué para estos casos está la leche en el refrigerador diamante?. Así que le serví su lechita, que se tomó de muy buen agrado (raro porque no es fanática de la leche, pero ya quería cenar), después comió galletas y ¡listo! ya estaba cubierta la cena.
Al poco rato vimos como aterrizaba "nuestro" avión, así que todos se sintieron relajados y hasta la tensión disminuyó del lugar, todos nos preparamos y al cabo de unos 20 minutos ya estábamos listos, abordando el avión que se fue a dar la vuelta a Tepic (según nos explicaron que por eso se tardó, no sé si se perdió o le tocó un vuelo extra).
Nos trepamos al avión em medio de total oscuridad, la nenorra emocionada, nos sentamos juntos y mi sra. estuvo lejos de nosotros, el avión pequeño de hélices apenas era para 50 personas, y efectivamente, los lugares de las aeromozas estaban ocupados por pasajeros, o sea que si iba sobrevendido el vuelo.
El despegue fue rápido, vimos las luces de Manzanillo alejarse, le nenorra fue lo último que vió, segundos después la emoción y el viaje se convirtieron en cansancio, por lo que se derrumbó sobre is piernas, cayendo en el profundo sueño que la acompañó todo el viaje.
La aeromoza nos llevó refresco y unos croissants con algo como atún, bastante buenos, pedí el de la nenorra (no se lo podría perder, yo lo sé) y me comí el mío mientras guardaba el de ella.
Después de un rato algo mayor que el vuelo de ida (claramente este avión es más lento) aterrizamos en la ciudad donde vivimos, la nenorra despertó algo repuesta, y nos acompañó a recoger el equipaje, entonces vimos a mis papás que fueron por nosotros, les contamos los pormenores del viaje y nos llevaron a su casa, donde tomamos nuestro auto y nos dirigimos a la nuestra. Después de tanto viajar, era la 1:00 a.m. cuando nos estábamos acostando. ¡¡A dormir porque al rato debo ir a trabajar!! (aunque las mujeres se quedarán en casa, afortunadamente).
Y por lo tanto, fue un gran viaje, todo estuvo de lujo, sólo el retraso de Aeromar fue el pequeñísimo inconveniente, pero gracias a su "Sala Diamante" el retraso fue muchísimo más llevadero, ahora para la otra si acepto el trato de tomar el vuelo siguiente en caso de que el vuelo esté sobrevendido.
El único problema es que me quedaron ganas de volver a viajar, lo más pronto posible.
EPILOGO: Y al otro día, me fui a trabajar, las mujeres se quedaron en casa, así que las dejé dormidas. Cuando llegué de trabajar, la nenorra me dijo: Me comí el cuernito que me dieron en el avión, estaba rico...
No me equivoqué
FIN
Entonces recogimos nuestras maletas, le agradecimos al chofer por el viaje y nos dispusimos a documentar nuestro equipaje en las taquillas de "Aeromar", pues nuestro regreso había quedado en esa aerolínea.
Una vez estando allí, los empleados de la aerolínea nos dijeron:
"Por las fechas de semana santa, es probable que nuestro vuelo se haya sobrevendido, por lo que si deciden mover su fecha de salida al día de mañana, les daremos hotel con comidad incluídas y mañana saldrán en el primer vuelo disponible que tengamos", además les regalaremos un vuelo similar a éste.
Sólo que como yo regresaba a trabajar, decidimos que no era una opción, por lo que rechazamos la "jugosa" oferta y decidimos continuar nuestro camino.
Entonces nos dijeron: "Bueno, entonces pueden pasar a la sala "diamante" de aeromar, donde pueden disfrutar de wi-fi, T.V., botanas y refrescos.
Y eso hicimos, llegamos a la sala "diamante aeromar", muy pequeña por cierto, pero con todo lo que nos habían ofrecido, tenía un refrigerador con jugos, refrescos, cervezas, leche, (en ese momento pensé: ¿quién va a tomar leche); además de unas canastas con botanas tipo Totis y galletas Quaker, dos televisiones sintonizando noticias, unos 10 sillones individuales y unos banquitos que estaban en la barra donde se podía estar cómodamente sentado. Como es de esperarse la nenorra se dio gusto agarrando botanas, un poco de refresco y jugos.
Después de un rato personal de aeromar llegó y nos dio la terrible noticia: "Pasajeros, derivado de las fechas nuestro avión trae un retraso, por lo que deberán esperar una hora más".
El descontento fue mayúsculo, algunos pasajeros reclamaban, algunos nos resignamos, mi sra. dijo: "Hubiéramos aceptado el cambio de fecha y nos quedábamos en un hotel" (lo cuál me pareció aceptable, y ya sólo avisaba en el trabajo que me descontaran el día), pero no había más por hacer, así que tuvo que llegarnos la resignación y esperar pacientemente... pero...
La nenorra no sabe esperar pacientemente, es una nenorra pues!!, tiene 5 años, es hiperactiva y demasiado inquieta, además de latosa a más no poder. Mi sra. se las ingenió para desentenderse del asunto, así que me quedé solo contra una niña de 5 años, por lo que:
inventamos juegos, buscamos cosas en la pared, en las revistas, en las personas, en los baños, paseamos, buscamos dulces, corrimos por los pasillos.. .upssss.... Después inventé un juego que nos entretuvo casi una hora: Se trataba de ver un comercial de una revista durante unos segundos, después cerrar la revista y hacíamos preguntas sobre el carte, tipo: ¿de qué color traía las uñas la chava que anuncia el perfume? o ¿Qué marca de perfume era? Y por increíble que parezca esto nos ayudó a entretenernos bastante.... (soy mi auto-super héroe jajajaja)
Y después, cuando ya era de noche, la nenorra comenzó a preguntarse y preguntarnos si no iba a cenar, entonces fue cuando dije: ¿Con qué para estos casos está la leche en el refrigerador diamante?. Así que le serví su lechita, que se tomó de muy buen agrado (raro porque no es fanática de la leche, pero ya quería cenar), después comió galletas y ¡listo! ya estaba cubierta la cena.
Al poco rato vimos como aterrizaba "nuestro" avión, así que todos se sintieron relajados y hasta la tensión disminuyó del lugar, todos nos preparamos y al cabo de unos 20 minutos ya estábamos listos, abordando el avión que se fue a dar la vuelta a Tepic (según nos explicaron que por eso se tardó, no sé si se perdió o le tocó un vuelo extra).
Nos trepamos al avión em medio de total oscuridad, la nenorra emocionada, nos sentamos juntos y mi sra. estuvo lejos de nosotros, el avión pequeño de hélices apenas era para 50 personas, y efectivamente, los lugares de las aeromozas estaban ocupados por pasajeros, o sea que si iba sobrevendido el vuelo.
El despegue fue rápido, vimos las luces de Manzanillo alejarse, le nenorra fue lo último que vió, segundos después la emoción y el viaje se convirtieron en cansancio, por lo que se derrumbó sobre is piernas, cayendo en el profundo sueño que la acompañó todo el viaje.
La aeromoza nos llevó refresco y unos croissants con algo como atún, bastante buenos, pedí el de la nenorra (no se lo podría perder, yo lo sé) y me comí el mío mientras guardaba el de ella.
Después de un rato algo mayor que el vuelo de ida (claramente este avión es más lento) aterrizamos en la ciudad donde vivimos, la nenorra despertó algo repuesta, y nos acompañó a recoger el equipaje, entonces vimos a mis papás que fueron por nosotros, les contamos los pormenores del viaje y nos llevaron a su casa, donde tomamos nuestro auto y nos dirigimos a la nuestra. Después de tanto viajar, era la 1:00 a.m. cuando nos estábamos acostando. ¡¡A dormir porque al rato debo ir a trabajar!! (aunque las mujeres se quedarán en casa, afortunadamente).
Y por lo tanto, fue un gran viaje, todo estuvo de lujo, sólo el retraso de Aeromar fue el pequeñísimo inconveniente, pero gracias a su "Sala Diamante" el retraso fue muchísimo más llevadero, ahora para la otra si acepto el trato de tomar el vuelo siguiente en caso de que el vuelo esté sobrevendido.
El único problema es que me quedaron ganas de volver a viajar, lo más pronto posible.
EPILOGO: Y al otro día, me fui a trabajar, las mujeres se quedaron en casa, así que las dejé dormidas. Cuando llegué de trabajar, la nenorra me dijo: Me comí el cuernito que me dieron en el avión, estaba rico...
No me equivoqué
FIN
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