Misión: Puerto Vallarta, día 4

Hola itálicas e itálicos

Bueno pues hoy es el último día completo que pasamos por estas cálidas, arenosas y saladas tierras del Océano Pacífico.

Así que como todos estos días, nos levantamos con calma, disfrutamos desayuno, alberca y sol. El día de hoy ha cambiado sustancialmente la cantidad de personas hospedadas, hay más visitantes en todas las instalaciones del hotel, pero además hay mucho más turismo nacional, al parecer los mexicanos aprovechamos el fin de semana, mientras que el turismo internacional está hospedado desde que llegamos.

Eso también se pudo notar en el “ambiente”, definitivamente el latino se divierte diferente: los gringos, canadienses y europeos toman el sol y van cambiando de color de piel (blancos-rosas-rojos-morenos-quemados), beben un poco, se meten a la alberca a “nadar” un rato y salen a tomar el sol nuevamente y los más chavos lanzan algunos pases con balón de futbol americano, mientras que los latinos nos “echamos” de bombita a la alberca, sacamos agua, tragamos agua y tosemos, “inventamos” juegos en la alberca en donde algún miembro del grupo termina siendo salpicado con montones de agua, usamos pistolas de agua o similares, por lo que en general terminamos haciendo sustancialmente más escándalo durante el día.

OJO: No estoy tomando a mal cada tipo de diversión, sólo estoy haciendo una reflexión acerca de lo que vivimos en estos días.

Así fue como nosotros nos divertimos, viendo todo el ambiente en el hotel, disfrutando todas las amenidades y al final del día nos tocó ir a cenar a otro restaurante de especialidad: en esta ocasión fuimos al de comida italiana.

Al igual que el restaurante de especialidad japonés al que fuimos hace dos días, éste consta de 3 tiempos: Sopa, plato fuerte y postre. En este caso pedimos pizza, lasagna y postres que estuvieron muy ricos: pana cota y una gelatina que estuvieron muy ricas. Definitivamente fue una gran decisión dejar este restaurante para el final, pues nos dejó una grata experiencia, ya que el menú estuvo realmente sabroso. Definitivamente un 10 de 10 para esta ocasión.

Al salir del restaurante dimos nuestra “última” caminata en el hotel, con unas bebidas del bar, después caminamos hacia la playa y allí encontramos unas sillitas para sentarnos y disfrutar la última noche, platicamos un buen rato y al finalizar nos fuimos a descansar, con un buen sabor de boca de estos días que han sido divertidos.

Así que, como pueden ver se están terminando las aventuras vallartenses, ni modo, todo lo que empieza tiene que terminar, así que esta será nuestra última noche por aquí y es por eso que…

… Seguiremos añorando…

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