Príncipe de Limón (solo en la oficina)
¡Amigos míos! El COVID-19 está amenazando a todos en este país.
Bueno, no sé si es así, pero por lo menos en mi empresa, a la que quiero tanto, les llegó la alarma porque los contagios comenzaron a ocurrir en la ciudad, así que decidieron mandar a la mayoría de la población a trabajar desde casa (modelo Working From Home o WFH), pero ¿qué creen? Por alguna razón que no entiendo del todo, decidieron dejar un "comando" que se encargará de salvaguardar la propiedad física e intelectual de la empresa, asistiendo diario a trabajar desde las oficinas...
¿Y qué es lo que vamos a salvaguardar?
No lo sé
¿Por qué quieren a algunos de nosotros aquí?
Ni idea
¿Cuál es la diferencia en que unos cuantos estemos aquí?
Ninguna
Pero, como se imaginarán, yo fui uno de los "afortunados" ganadores que obtuvo el derecho a quedarme en las oficinas... Y como dijera aquel célebre exPresidente mexicano:
¿y yo por qué?
Pues no lo sé, pero mi teoría es que fui designado para esta importantísima misión, derivado de que tuve mis "15" días de cuarentena cuando regresé de Montreal City, por lo que esta vez, no fui premiado sino castigado...
¿O sea que es un castigo quedarse en las oficinas?
Pues algo así como castigo, no, pero ¡por Dios!, yo soy población de riesgo, es a mi a quien deberían dejar seguro en su casa... Pero como no consideraron ese detalle, ahora me encuentro aquí, veo a dos compañeros relativamente cerca pero lo suficientemente lejos como para que para hablar tengamos que gritar, la buena noticia es que ¡¡imagínense!! los baños están libres, los pasillos despejados, el internet corre a toda velocidad, el silencio es súper reconfortante, los microondas no se ocupan a la hora de la comida, por lo que... viéndolo bien no está tan mal, si podría acostumbrarme. Inclusive puedo comerme unas deliciosas (para mí, aunque sé que para muchos no) galletas príncipe sabor limón, que muchas veces no lo hago por miedo a ser criticado por tener un gusto tan extravagante.
Así que aquí sigo amigos, seré feliz mientras no se meta el virus a nuestras oficinas y nos aniquile lenta y dolorosamente, pero, si eso ocurre, deben saber que lo di todo por esta empresa, espero que mínimo le pongan mi nombre a una sala de juntas, claro que si pueden reconocer como día de asueto el momento de mi muerte, será mejor. (si si, estoy siendo algo melodramático), así que por lo pronto
... Seguiremos laborando ...
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