Los inconvenientes de una doble vida
Como ustedes saben, queridos amigos, hace mucho tiempo que tengo una doble vida, una doble vida muy difícil de llevar; pero no me malentiendan: La doble vida que tengo es porque vivo en una ciudad y trabajo en otra. Esto es un tanto extraño, aunque creo que no tan extraño pues bastantes de mis compañeros hacen algo similar, pero además veo como se llenan las terminales de autobuses los días viernes y lunes (y también sábados por la mañana y domingos por la noche). Por lo que, aunque somos minoría, al menos no soy el único en la faz de la tierra que hace esta operación.
Por lo que pensando un poco en este caso, me puse a verificar los inconvenientes de tener esta doble vida.
Y bueno, pues esta historia habla del punto (iii), pues de repente me encontraba en una de las dos ciudades, y había olvidado en cuál de los dos lados me faltaba desodorante, pero como estaba haciendo mis rutinarias compras en el supermercado, aproveché para tomar el producto antes citado.
Cuando llegué a casa, guardé el producto nuevo, y me fui a "la otra ciudad", donde al llegar, descubrí, que era donde me hacía falta el higiénico producto... Así que tuve que volver a conseguir un poco, claro, andando toda la mañana oliendo "como hombre", pues tardé en ir al supermercado a conseguir el preciado desodorante.
Lo que debo inventar es la manera de trasladar rápido y fácil productos de esta índole, para no volver a tener este tipo de contratiempos, o debo dejar de sudar...
...Seguiremos dobleteando...
Por lo que pensando un poco en este caso, me puse a verificar los inconvenientes de tener esta doble vida.
- Gastas más en la renta de dos lugares
- Gastas más cuando viajas TODOS los fines de semana
- Debes tener dos de casi todo, por ejemplo: shampoo, desodorante, tenis, zapatos... etc.
- O puedes no tener cada cosa al doble, pero entonces debes adquirir la idea de cargar con las cosas que no puedes "repetir", para todos lados
Y bueno, pues esta historia habla del punto (iii), pues de repente me encontraba en una de las dos ciudades, y había olvidado en cuál de los dos lados me faltaba desodorante, pero como estaba haciendo mis rutinarias compras en el supermercado, aproveché para tomar el producto antes citado.
Cuando llegué a casa, guardé el producto nuevo, y me fui a "la otra ciudad", donde al llegar, descubrí, que era donde me hacía falta el higiénico producto... Así que tuve que volver a conseguir un poco, claro, andando toda la mañana oliendo "como hombre", pues tardé en ir al supermercado a conseguir el preciado desodorante.
Lo que debo inventar es la manera de trasladar rápido y fácil productos de esta índole, para no volver a tener este tipo de contratiempos, o debo dejar de sudar...
...Seguiremos dobleteando...
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