JGC is in the town
Amigos, amigos ¡¡La felicidad acompaña a LasAlasAlRevés!!
Resulta que el día de hoy mi amigo JGC ¡ha llegado a la ciudad!
Así es, hace unos días me avisó que vendría a la ciudadLaboral, para de aquí trasladarse a su ciudad natal.
Entonces todo estaba listo, su transporte aéreo llegaba a la Terminal 1 del aeropuerto, en un horario bastante madrugador!! Por lo que me dispuse a llegar al aeropuerto a buena hora, ya estaba por allí esperándolo, atento a la puerta de salidas internacionales, pensando en que, para ser el horario que era, estaba llegando bastante gente al aeropuerto. Hundido estaba en esos pensamientos cuando, justo detrás de mí aparece mi amigo JGC.
Que gusto verlo!!! Ni modo de no abrazarnos independientemente de pandemia, COVID, variante1, variante2,... variante n, por lo que nos dimos un afectuoso y caluroso abrazo. ¡Al fin nos volvíamos a ver!
Aunque todavía era muy temprano, diversos locales del aeropuerto ya se encontraban abiertos, como los 7-eleven, Oxxos y demás "tienditas de cadena", pero lo mejor es que, el "Cinnabon" también se encontraba abierto y operando!
Así que no perdimos la oportunidad, nos dispusimos a degustar un delicioso rol de canela, de esta marca que, yo conocí gracias a la serie "Better Call Saul", que, para quien vive en una cueva debe saber que es sl spin-off de "Breaking Bad", si mal no recuerdan, Saul, en las escenas de su "presente", se encuentra en un lugar muy, muy al norte de Estados Unidos, en donde es gerente precisamente de una de estas franquicias, en donde, pareciera que el dulce no es suficiente para que se le endulce la vida, claro que eso es obvio por los acontecimientos ocurridos en la serie original, pero, ese es otro tema del que no creo que sea necesario hablar en este blog, pues -supongo- casi todo el mundo conoce estas series.
En fin que después de saborear este postre dulce, que se convirtió en nuestro desayuno, junto con un café del 7-eleven, nos dispusimos a salir del aeropuerto, pues todavía había muchas cosas por hacer, el día comenzaba a ilmuninarse por los primeros rayos del sol, por lo que, aprovecharíamos a dar una vuelta por ciudadLaboral.
Nos dirigimos al palacio de Bellas Artes, en donde nos dispusimos a caminar, pero ya saliendo del estacionamiento y sin un rumbo muy fijo, le comenté a mi amigo JGC que yo llevaba mis patines y los patines viejitos, por lo que, si el así lo deseaba, podíamos usar el mejor lugar de la ciudad para patinar: "La alameda central", entonces regresamos al vehículo por las mochilas con patines, y ¡comenzamos a dar el rol patinador en la alameda!. Éramos prácticamente nosotros solamente, por lo que le dimos gusto a dar unas vueltas en todos estos espacios que se prestan tanto para la bonita actividad.
Después de un buen rato, terminamos de patinar y caminamos por el centro de la ciudad, y después de un rato de patinar y caminar, obvio ya teníamos hambre, así que pasamos a uno de los lugares del centro donde se puede comer rico, garnachoso, y -espero- que higiénico: La casa Churra. Este restaurante tiene un concepto de "garnachas bajo techo", por lo que puede uno pedir quesadillas, tlacoyos, gorditas, etc. Todo lo que puede encontrar uno con "la señora de la esquina con su comal", pero cómodamente sentado, disfrutando una agua de horchata e inclusive una cerveza.
Después de nuestro almuerzo, caminamos por todo el centro, hasta llegar a Paseo de la Reforma, allí caminamos y caminamos, platicamos y platicamos, llegamos hasta al "ängel de la independencia", en donde nos sentamos a platicar un montón de cosas que nos debíamos.
A pesar de que contábamos con todo el día, el tiempo comenzó a acabarse dramáticamente, así que tuvimos que regresar por el auto y de ahí desplazarnos hacia la terminal del norte, lugar en donde JGC tomaría su autobús para su ciudad natal. Así que, íbamos para allá, pero antes, por supuesto, debíamos pasar a la casa de Toño a comer, para que JGC disfrutara uno de esos pozoles, que, si bien no son el mejor del mundo, si son bastante buenos para que uno los pueda recomendar, así que nos dirigimos a nuestro ya "clásico" Casa de Toño, el más cercano a la terminal del norte, pero, cuando llegamos... ¡¡Oh sorpresa!!
El lugar estaba muy, muy lleno... ¿pues no que estamos en pandemia? ¿Por quá salen todos? En fin que en ese momento, decidimos meternos a otro negocio, uno de mariscos... uno al que ninguno de los dos nos habíamos metido antes... Estuvo "bien", sin mayores pretensiones, mariscos sabrosos, precios "aceptables" y una vez que terminamos, sabíamos que esta aventura estaba terminando, así que nos dispusimos a hacer lo que teníamos que hacer.... Dirigirnos a la terminal de autobuses.
Llegamos y JGC compró su boleto, nos quedaba un rato antes de que saliera su autobús, así que deambulamos un rato por la terminal, vimos algunos de los negocios que instalaron en la terminal ahora que la mejoraron (por cierto, les quedó muy bien) y de pronto, ya era la hora en la que JGC debía partir rumbo a tierras purépechas.
Así que nos despedimos, cansados pero felices y aquí estoy yo, escribiendo ésto mientras JGC va rodando por la autopista.
Esta aventura se terminó, pero recuerden que...
... Seguiremos platicando ...
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