Bigotes en mi cara

Bueno pues todo comenzó así: A mi cuñadazo le dieron chamba en aquella ciudad lejana llamada Valladolid (Yucatán, no vayan a pensar que España), por lo que mi hermana y él emprendieron un viaje relámpago a la mencionada ciudad, van en busca de cuarto, departamento o casa para que empiece a vivir el allá, pues ya empieza a trabajar en esta nueva empresa, la cual labora para el famosísimo Tren AMLO, digo, Tren Maya.

Mi hermana regresará en unos cuantos días, ya que "sólo" lo acompañará para su búsqueda de lugar en donde se quedará y, ya en unas semanas, meses o similares, cuando el trabajo se vea "estable", ya se mudará con él, porque, pues ya saben como es esto de los trabajos, que muchas veces no son estables ni siendo estables.

El caso es que, por parte de mi hermana tengo dos sobrinos: el primero de raza siamés: "Capuchino", mientras que el segundo es criollo: "Apolo", ambos son cariñosos pero no en exceso, inclusive son medio rudos, le gusta que uno les haga cariños pero poquito, porque si uno se excede un poco más de 1% entonces se ponen loquitos y rasguñan; ya saben, comportamiento gatuno "normal".

Entonces, como se habrán de imaginar ya que mi cuñado y mi hermana andan lejos, fue mi turno de ir todos estos días a darles de comer a los mininos por lo que estuve yendo a "servirles" y a quedarme un rato a trabajar y hacerles compañía y, aunque no nos conocemos del todo bien, si tuvieron la confianza suficiente para poner sus bigotes contra los míos, en un claro gesto de "te reconozco y me caes bien mientras me sigas alimentando".

Total que fue un buen momento para socializar con estos gatitos, que, por si no lo saben los gatos me caen muy bien y los acaricio a la menor provocación.

Anexo evidencia de mis sobrinos

Por lo pronto es todo, pero recuerden que...

... Seguiremos acariciando ...

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