Ir para verlos partir

Eran las 7:00 a.m. del día lunes, la nenorra estaba terminando de vestirse y yo me preparaba mentalmente para peinarla, pues siempre ha sido un reto personal, diario lucho contra uno de mis peores enemigos: El cabello rebelde. Entonces sonó mi celular, es curioso porque mientras preparo a la nenorra nunca reviso el celular (más por falta de tiempo que por otra cosa), sin embargo lo revisé y... ¡oh mi Dios!, era mi amiga BRR, con un mensaje que decía más o menos así:

Estaremos en el aeropuerto a las 9:00

Ni tardo ni perezoso me apuré a peinar a la nenorra, le di su desayuno, que consistió en un plátano sin pelar y un litro de leche directo de la caja, salí presuroso, la dejé en la escuela casi sin detener el auto y regresé el auto a casa para dirigirme al Aeropuerto en transporte público.

Llegué con relativa facilidad, busqué las salas de documentar de "United", subiendo al primer piso donde normalmente están las salidas internacionales; y entonces los vi, busqué donde hubiera muchos niños para dar con la familia JR rápidamente, y así fue, sólo que tomé mi distancia porque seguían documentando, así que tuve que esperar un poco alejado.

Al fin terminaron y pudimos vernos. ¿qué cosas no? Poco más de un mes en México y nos veíamos sólo para la despedida, qué mundo tan raro, pero en fin, más vale un poquitito que nada de nada.

Tanto tiempo sin vernos, tantas aventuras que contar, pero tan poco tiempo para hacerlo: Esos tres chamacos, tan grandes todos: CJR enormeeee, y bonita, SJR preciosa y con ojos pícaros (la había conocido tan pequeña), y el menor de todos MJR tan inquieto y juguetón, ¡caramba!, ahí es donde resentí el tiempo de no habernos visto

Y obvio el tiempo no nos duró nada, el poco rato que estuvimos no fue suficiente, necesitamos semanas de estar juntos para poder platicar... Pero que gusto fue estar con ellos, aunque fuese poco tiempo.

Lo que sí ocurrió fue que los dejé hasta el punto donde era peligroso intentar entrar (para mi que no llevaba boleto), lo último que vi de ellos fue a todos dando vueltas en los pasillos hechos con cintas para cuando hay mucha gente.

Y supongo que yo fui el último mexicano conocido (radicado en México) que vieron, con las manos nos dijimos adiós, todos hacía mi, yo hacía todos.

Y estuve allí esperando hasta que no pude verlos más, me di la media vuelta y comencé a recorrer todo el aeropuerto rumbo a la entrada del metro, pero en ese momento pensé: ¿Y la fotografía del recuerdo?

No hubo tal, por lo que ahora debo viajar a Idaho para recuperarla.

Gracias por dejarme verlos un rato, gracias por el doble abrazo, gracias por los recuerdos...

...Seguiremos extrañando...

Comentarios

Bets ha dicho que…
*snif *snif Fuiste el último adiós. Fue una sorpresa bien chida que hubieras podido ir, me levantaste el ánimo. Abrazos mil

Entradas populares de este blog

Reyes Malditos II, Los -La reina estrangulada-, Druon Maurice

de Cervantes Saavedra, Miguel; Quijote de la Mancha, El

Un poco más bajito que ella