Parque Río de Janeiro / Café Toscano

Y después de que mi niña terminó de jugar en el parque España, decidimos que había tiempo de visitar el tan ansiado y buscado "Parque Río de Janeiro".

En 15 minutos ya habíamos llegado, fue un camino sencillo. Estacionamos el auto prácticamente en el parque, y comenzamos a recorrerlo. Lo primero que me sorprendió es que hay una estatua réplica del David de Miguel Ángel, yo me pregunté si sería del tamaño natural, pues se me hizo enorme; ésta se encuentra en una fuente, y justo enfrente de la misma, ¡oh sorpresa!, resulta que había un pequeño espacio donde había un juego para niños, bastante más pequeño que la serie de complicados pasillos, subidas y bajadas que existen en el Parque España, pero suficiente para que me hija quisiera correr al lugar. Acto seguido, como se lo imaginarán, la nenorra quiso ir a los juegos antes citados, y para mi beneplácito empezó a socializar con unas niñas que andaban por allí, mientras yo socializaba con sus mamás... Bueno, sólo me preguntaron la hora....

En esta foto podemos ver la famosa escultura al fondo y un poco de los juegos donde la nenorra se divirtió:

Después de que jugó un rato, la sacamos de allí casi a rastras e iniciamos la búsqueda de un lugar donde pudiéramos tomar algo de merienda/cena/comida/botana o algo similar.

Buscamos un poco pero no encontrábamos algo que le agradara a mi esposa, así que después de varia vueltas por la calle "Álvaro Obregón" regresamos al parque, pues enfrente tenía un café llamado "Café Toscano".

El café, de un ambiente relajado, con las ya clásicas diferentes maneras de postrarse, es decir, sillones, mesas, mesas de diferente tipo, algunas en la banqueta y otras dentro... nosotros obviamente escogimos una mesa en el interior, además que era al parecer la única que se encontraba disponible

El servicio comenzó muy lento, lo cual nos empezó a desesperar, pero poco a poco llegaron los alimentos que habíamos seleccionado. El sabor fue muy bueno, compensó el tiempo que tardaron en percatarse que estábamos allí.

Al final, después de probar todo lo que nos ofrecieron, decidí "escoger" el pastel de trufa, aunque el sandwich de pavo también fue una delicia, y que bueno que la nenorra no se lo terminó, pues yo pude sacrificarme y ayudarle a terminarme el platillo.

No fue caro, no fue barato, pero creo que vale la pena visitarlo, inclusive yo regresaría para tomar un buen café y un muy buen postre

Espero anunciarles pronto mi regreso al lugar

...Seguiremos informando...

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