Costo-Beneficio
Hace mucho tiempo, intenté pagar por sexo. Me acercaba a las vendedoras de amor, ofertando por el rato de placer, preguntando por las caracerísticas del servicio ofrecido, pero nunca subí a mi auto a una prostituta, jamás tomé la decisión final, en parte por temor y en parte por tener que pagar mucho dinero por un rato de placer. Intenté corregir el rumbo, me reprendí a mi mismo por tener esas ideas tan poco puras e insanas, así que me decidí, enderecé mi torcido camino, busqué una novia, la cortejé y le pedí matrimonio, y al final, segun mis cuentas, me salió mas caro.
Comentarios